
Al interior de mi vida familiar se manejan una serie de códigos y gestos, algunos conscientes y preestablecidos, y otros completamente inconscientes pero repetitivos, y por ser la menor de tres hermanos he adquirido una serie de estas expresiones que he copiado de cada uno de ellos de forma inconsciente, así como también conservo aquellos que se mantienen por tradición familiar.
• El saludo entre hermanos se realiza con 2 besos, uno en cada mejilla; este mismo saludo se realiza entre primos.
• En el saludo entre padres e hijos se conservan los besos en las mejillas pero se adiciona un beso que dan los padres a los hijos en la frente; este mismo saludo se realiza en las relaciones tío-sobrino, o abuelo-nieto.
• Si existen diferencias no muy severas entre los familiares suelen saludarse únicamente con un beso, motivo que me permite reconocer cuando mis padres están molestos con migo o algún miembro de la familia desde el mismo momento en que se presenta el saludo y sin necesidad de que hallan mencionado nada todavía.
• A pesar de que mi padre expresa muy poco mediante los gestos, conservamos uno común, cuando no está de acuerdo con algo sostiene la mirada en un punto fijo y aprieta los labios.
• De mi madre conservo el gesto que hace cuando está de mal genio, expande las fosas nasales, levanta le ceja derecha y aprieta los labios.
• Cuando mi hermano esta mintiendo suele abrir mucho los ojos, expandir las fosas nasales y simular una sonrisa sutil, lo que realizo yo en el mismo caso.
• Al igual que yo, cuando mi hermana está nerviosa hace rechinar los dientes, juega con las manos, respira con mayor intensidad y mira a diferentes lados rápidamente.

Estos signos nos permiten comunicar cosas que comprendemos entre nosotros que ya los conocemos, y a pesar de que muchas veces intentamos opacarlos o evitarlos para impedir que sean notados por quienes no lo deseamos, inconscientemente terminamos poniéndonos en evidencia, con gestos similares o inclusive aun más exagerados.